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¿Porque nos sentimos de malas?

  • Ever Daniel Ferreira Garcidueñas
  • 8 dic 2015
  • 2 Min. de lectura

La extensión de esta respuesta es tan basta que para fines prácticos, hablaremos de una causa muy particular, el dolor emocional, hablemos más de esto.

En muchas ocasiones hemos visto a personas que viven en la oposición, su estilo de vida es llevar la contra, tratan los objetos con aventones, tienen modos reacios y agresivos, hablan golpeado con una cara que invitan a otros a que den la media vuelta o en casos más impactantes hasta recurren a agresiones físicas y verbales intensas que pueden derivar hasta la muerte, pero realmente ¿hemos pensado a que se debe esa conducta inconsciente?, debería tener una causa, ¿cierto? Una de las causas que explica esta forma de vivir, reposa en un dolor interno no resuelto, sí, nuevamente el inconsciente.

La poca tolerancia de estas personas, se debe al dolor no resuelto que consume su muchísimo y por muchísimo tiempo a su energía emocional, dejándolos en hartazgo y fastidio casi permanente que poco tolera cualquier evento o persona.

Es interesante que las conductas violentas y agresivas (que no son lo mismo) tienen una base biológica explicable y es la actividad de una parte del cerebro que llamamos amígdala cerebral, más desarrollada en los sujetos masculinos. Cuando la actividad de esta región aumenta, sobreviene la experiencia humana de enojo e incluso rabia. La persona que actúa bajo estas plataformas es totalmente dueña de lo que siente y responsable de sus actos sin embargo jamás culpable de lo que está realizando desde su conducta inconsciente. Es decir no es sensato abrir el juicio de culpabilidad a alguien que opera en contra de nuestra conveniencia, pero si podemos abrir el espacio para la consciencia de reconocer que algo debe estar doliendo demasiado en ese ser humano, al punto que ha modificado el funcionamiento de esa región llamada amígdala cerebral. Es de suma importancia reconocer el origen de ese dolor, de lo contrario se puede perpetuar el enojo indefinidamente. Además recordemos que el consciente es una pequeñísima parte de la mente comparada con el inconsciente que es importante y extensamente mayor. Algunas veces podemos operar desde la inconsciencia sin siquiera hacer consciente que estamos haciendo algo, un ejemplo es en el momento de elegir pareja, hay rasgos del cuerpo físico y del cuerpo no físico (nuestra energía y mente) que causan atracción inmediatamente y si no identificamos porque, estamos a merced de la inconsciencia.

En fin estimados lectores, este solo es un llamado a que traigan al consciente sus emociones y sus elecciones también y si identifican alguna emoción de enojo, analicen quien han estado siendo (formas de ser que han elegido) tiempo atrás.

Estimados lectores, es cuanto en esta entrega y recuerden que lo más bello que tienen por vivir, ya está en espera justo frente a ustedes.

 
 
 

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